"...Los profetas antiguos, es decir los cineastas y los músicos, seres de carbono, se han transformado y cambiado sus capullos por procesos que ya no se viven dentro. Se comparten a través del cordón umbilical tecno-orgánico, conectados por terminales primarias a base de silicio. La extensión humano- máquina está completa y no la hemos detectado. Si nuestro sistema no la rechaza, es porque ya hace parte de él. Pero aún hay más: creemos haber creado a las máquinas, pero la verdad es que ellas nos escogieron a nosotros.
El viaje es ajeno, no vamos subidos en el tren. Somos una estación. Y como todas las estaciones, envejecemos.
Nuestra forma original, se transforma o desaparece. La vida en cualquier formato, siempre encuentra la vía más rápida y suprime si es necesario, especies en el proceso."
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